Carta abierta a mi AMIGO José Luis Hernández

Foto: Tonino Moreno

No hay palabras para describir el sentimiento que tengo desde hace dos días.

No quiero creerlo, tengo dificultad para razonar con mi mente acerca de su partida.

La pena, la tristeza, la incredulidad, la falsa realidad sobre lo sucedido el pasado viernes, que sacudió nuestro pequeño mundo. Ese del que formabas parte, como aglutinador de todos los seguidores del equipo de tu alma, jóvenes y veteranos, de cualquier condición, daba igual, siempre tenías una palabra para poder debatir con cualquiera que osara entrar en el espacio como hablante y siempre con ideas lógicas que ejemplificabas de manera más que correcta.

Debo reflejar que eras un virtuoso de la palabra, con conocimientos para razonar tus ideas, aunque estuvieras en el polo opuesto de la otra persona.

Sin conocerte, te hacías de querer, por tu forma de tratar a todo el mundo. 

Hablabas con él y parecía que te conocía de toda la vida y te daba una familiaridad y una importancia, que solo los grandes saben hacerlo.

Te has ido, te has marchado y ya formas parte del olimpo del equipo de tu alma. No me cabe duda, que allá arriba, harás algún espacio con los herculanos de bien con los que te encontrarás .

Nos quedamos huérfanos aquí abajo, sin el alma mater que llevaba «la escaleta» hasta las últimas consecuencias. 

Pero no debes preocuparte, los que nos quedamos aquí, cuidaremos de Tonino, José María, Marina y demás seres queridos y estaremos encima para todo aquello que puedan necesitar. No les faltará nunca de nada

Hay una frase que suelo utilizar mucho: «Dicen los filósofos que el halago debilita»…

Pero hay excepciones, en tu caso, ERES una bellísima persona, porqué estarás aquí con nosotros, para siempre y muy buena gente y para muestra un botón, ayer la sala se quedó pequeña, entre amigos, conocidos, familiares, jugadores, dirigentes y allegados.

 Eso ocurre cuando la persona a la que decides dar el último adiós, se le tiene un cariño y un aprecio fuera de toda duda y como me dijo tu hija: «A mi padre le hubiera encantado ver, la cantidad de gente que ha venido a despedirse de él» y añado yo, es lo mínimo que merecía una enorme persona como él.

Gracias por el cariño que me profesaste.

D.E.P. amigo José Luis Hernández.