Algo se muere en el alma…

Una vez finalizada la liga y todavía con los rescoldos del calentón que han supuesto las cuatro últimas derrotas, cuando aún tenías escasas opciones de alcanzar el play-off para ascender de categoría. Ligeras, sí. Pero aún las conservabas, deseo analizar a vuelapluma la situación de la sociedad.
Este último mes, de desidia, de desinterés, de desgana, de falta de actitud y por qué no decirlo de falta de aptitud de algunos, ha sido el parangón de todo lo acaecido durante el año.
Un año de luces y de sombras, un año de ambición y de decepción, un año de sueños y de realidades, que a punto ha estado de convertirse en pesadillas.
Una vez acabada la nueva categoría, hace falta critica en todo el club, comenzando desde las altas esferas y finalizando en todos y cada uno de los jugadores, pasando por el míster y por el director deportivo. Todos tienen su parte de culpa en la clasificación final.
El máximo in-accionista por no poner dinero a tiempo en el mercado de invierno, en el que se empeoró la plantilla, cuando más falta hacía, para intentar dar ese empujoncito que se necesitaba.
El director deportivo, por no dar todas las posibilidades que el equipo quería, dando un ramillete de opciones más amplio, que las que trajo. El ejemplo claro es un jugador que venía de no jugar y uno «medio» lesionado.
El entrenador, por decirle chao en su momento a su segundo entrenador y salvo error u omisión por mi parte, aquel que se encargaba de las ABP (acciones a balón parado) con la importancia que las mismas tienen en el fútbol actual. Que le pregunten la cantidad de puntos conseguidos con las mismas a un entusiasta de ellas como es el entrenador del humilde Algeciras, Y sustituirlo por una persona con una tibia personalidad, que en ningún momento sabíamos a lo que dedicaba su tiempo.
Además, el juego exhibido como local y como visitante era totalmente diferente, sin poner remedio semana tras semana.
Los jugadores, por haber bajado los brazos cuando aún se podía hacer algo grande, a pesar de la patética trayectoria durante la 2ª Vuelta.
Lo único que ha estado a la altura ha sido la afición, que ha acompañado al equipo por toda España y que ha llenado el estadio cada 15 días, dando color y calor al equipo, sin abandonarlo jamás.
Una vez efectuado este breve análisis, desde esta humilde plumilla, insto al club a tomar decisiones drásticas y que se reúnan las veces necesarias para conformar una plantilla acorde a la historia y al escudo de nuestro Hércules de Alicante CF y honrar a la afición, tratando de como poco llegar a Segunda división o por lo menos intentarlo vía play-off. El espejo está cerca y viste de grana.
Haciendo las cosas con lógica y con profesionalidad, se debe y se tiene que llegar al objetivo, para ello, no caben miramientos, ternura y sentimientos. Me explico aquí hay muchíiiisimos profesionales que no han dado la talla y que la categoría no les viene grande, sino enorme.
Se les despide con honores, dándoles gracias por los servicios prestados, por habernos sacado del lúgubre pozo más infame del futbol español y a buscar jugadores que honren con honores a esta institución.
¿Qué si me da pena? Obviamente sí, pero es ley de vida y no hay tiempo para sentimentalismos. LA VIDA SIGUE… Y EL HERCULES TAMBIÉN.