Colorín colorado este cuento, se ha acabado. Pero a diferencia de los mismos, que normalmente tiene un final feliz, en el caso que nos ocupa y preocupa, no es así.

La realidad se ha impuesto a la ficción, la cabeza al corazón, la lógica a la incoherencia.

Son diversos factores, los que han hecho llegar hasta aquí, en los que la nave ha encallado, cuando todo presagiaba que se llegaría a puerto sin mayores complicaciones. Entre ellos, la confección de la plantilla, la escasa aportación desde el banquillo por lo que respecta a los cambios, el escaso nivel del mercado de invierno y el empobrecimiento de la plantilla. 

Si a eso le sumas el ínfimo bagaje de puntuación lograda a domicilio y los minutos finales de todas las jornadas, que han caído como dagas en los corazones de todos y cada uno de los socios y aficionados. Ya tienes el cóctel con todos sus ingredientes.

Estaría bien, que para la temporada que viene, nos centráramos en la confección de un modelo exclusivo, en el que se priorizará el ascenso por encima de todo, potenciando las virtudes de este año y reforzando al equipo como toca. Para saborear las mieles del triunfo.

El entrenador es el primero que debe hacer autocrítica, seguido de sus jugadores y complementar la plantilla, con fichajes ilusionantes y de este modo convertirte en claro aspirante al ascenso la próxima temporada.

No nos vale otra cosa y con ello el retorno al futbol profesional, donde hace tiempo que salió y donde debería haber retornado hace bastante tiempo.

Macho Hercules