Con la vuelta del sol, el calorcito y las buenas temperaturas y por consiguiente la marcha del mal tiempo, el frio y las lluvias que nos han azotado durante el último mes, hemos comprobado algo que siempre hemos envidiado del balompié de las Islas, el británico, el más puro de todos, el auténtico y es que los aficionados que acudieron en la pasada jornada al estadio alicantino, iban ataviados con sus camisetas blanquiazules de cualquiera de las temporadas, luciéndolas con orgullo y dando un color y una animación a la grada que hacía años que no se veían en la capital de la costa blanca.

Toda esta fiebre de la Herculesmanía debemos agradecérsela únicamente a los jugadores y cuerpo técnico, que están realizando una temporada fuera de toda lógica, compitiendo en todos y cada uno de los partidos, sin perder la cara a ningún encuentro, a pesar de ser nuevos en la categoría de bronce del fútbol español.

Personalmente, creo, sin miedo a equivocarme que el tema de lucir los colores, va a ir a más y es que la gente se siente orgullosa de portarlos por los valores que transmite de Garra, entrega, lucha, esfuerzo, constancia y por encima de todos, inconformismo.

La masa social ha crecido de unos años a esta parte y gracias a ello, raro es el lugar que no ves a una persona vistiendo los colores blanquiazules en la provincia de Alicante. 

La culminación, es en el templo, donde se plena de bufandas y sobre todo camisetas para animar al equipo a conseguir el objetivo.

Con la imagen fotográfica realizada por un periódico, de la grada de Preferente, podemos comprobar aquello que estoy comentando.

Una gozada, ver que la gente apoya al equipo de su ciudad por encima de otros grandes buques insignia, como siempre ha ocurrido.

Ánimo al aficionado a acudir con su camiseta en el próximo encuentro y transportarnos a todo aquello que siempre hemos envidiado.

Al igual que se hicieron campañas de banderas alicantinas, hagamos una de camisetas blanquiazules.

Solo queda un último empujón y si todos sumamos, podemos conseguirlo…