No, no es un homenaje al mítico Spot de publicidad de la década de los 90 en el que un mayordomo vestido para la ocasión, utilizaba un algodón en el que demostraba lo que a simple vista el ojo humano no era capaz de comprobar.

Pues bien, haciendo un paralelismo, si pasamos ese mismo algodón a la plantilla del equipo blanquiazul, comprobaremos que existe una gran carencia goleadora, entre los 3 delanteros centros del equipo alicantino, entre Coscia, Mendes y Romera, únicamente llevan la «friolera y escandalosa» cifra de dos goles entre ellos y sólo ha sido capaz de ver puerta el primero, a pesar de las múltiples ocasiones fabricadas por los extremos, que son los verdaderos quebraderos de cabeza para las defensas rivales. No sólo por el peligro constante que conllevan sus jugadas, sino también por la cantidad de goles que llevan entre todos ellos (Nico, Solde, Javi Moreno, Aranda, etc.) y yo me pregunto, ¿Qué sería del Hércules, sin la capacidad goleadora de estos jugones?

La respuesta es obvia, no quiero ni pensarlo.

Si no queremos pasar apuros y tener alguna mínima opción de intentar algo importante clasificatoriamente hablando, bien haría el míster, en demandarles algo más, a la lucha, entrega y pundonor, que tienen en todos los encuentros.

Hoy en día, no es suficiente con eso y si no llegan a 15 goles (cifra muy baja) entre los tres a final de liga, pronosticó que el equipo lo pasará sumamente mal.

A un delantero centro hay que exigirle que lleve el peso ofensivo y que finalice las ocasiones creadas por el equipo, siendo el máximo goleador de la plantilla. 

Los medios y los extremos, están para ayudar en cuanto a número de goles, pero no puede ser que incluso algún defensa lleve más goles que dos de las referencias del equipo.

El ejemplo claro de que mentalmente están fuera de la dinámica y que les está pesando la responsabilidad, es el partido aplazado por la maldita y fatídica Dana, vs Marbella, en el que ni uno, ni otro, a pesar de tener bastantes oportunidades, fueron incapaces de acertar en la «diana». 

Más sangrante es el caso de Mendes, que tuvo dos ocasiones claras a bocajarro. Siendo inexplicable el fallo principalmente de una de ellas, en la que era más fácil acertar, que sacar el tiro que hizo.

Nadie pone en duda la actitud en cada partido. 

De hecho, personalmente me encantó Coscia, fajándose y disputando duelos constantes contra los defensas centrales del equipo malagueño. Pero le faltó la guinda al pastel (por lo menos ayer).

Debemos exigirles más y ellos son los primeros que deben hacer autocrítica, ante las actuaciones que están ofreciendo en este primer tercio de temporada. 

No obstante, hay actitudes que no debemos pasar por alto y que no son de recibo en un equipo como el Hércules. 

Vayamos con un nimio ejemplo, no se puede bajar a defender al trote, por haber marrado una ocasión sin parangón. 

Esto da sensación de bajar los brazos, de dejadez y de poco interés. 

Cuando volvamos a pesar el algodón, que sea para comprobar que cumplen con su función. Es lo que espera incluso el mayordomo…

«El algodón no engaña».