Siento defraudar a los seguidores de esta sección, pero ni me apetece, ni tengo ánimos de escribir nada de fútbol.

Como Valenciano, residente en Alicante desde el año 2006, estoy destrozado (de hecho, esta columna me está costando bastante más de lo habitual) contemplando la catástrofe que está asolando mi tierra y a mis paisanos. 

Desde hace exactamente una semana, tengo un sentimiento que me invade de pena y tristeza, con el corazón encogido, viendo el sufrimiento de amigos y conocidos de los pueblos de L’horta Sud, y de la Ribera, que lo han perdido todo, menos la vida.

Desde que llego a casa de trabajar, no hago otra cosa, que ver la cadena pública autonómica à Punt, durante toda la tarde y parte de la noche, en búsqueda de un halo de esperanza con buenas noticias que casi nunca se producen y que con las historias de vida que cuentan, me hacen estar a lágrima viva en la mayoría de ocasiones. En esta última semana, puede que haya visto la cadena, más tiempo que en los últimos 16 años.

El resto del tiempo, lo dedico a des-informarme por Twitter, ya que toda esta situación me está creando ansiedad y stress, buscando las últimas noticias en cada momento.

No he visto ni un solo minuto de ningún partido de fútbol, ni de otro deporte desde el fatídico día 29 de octubre.

Soy conocedor del eco de esta tragedia, que se ha hecho el deporte a nivel mundial, colaborando en mayor o menor medida, con homenajes colectivos o individuales.

Y para muestra un botón, ayer en el partido de Champions League de la UEFA (organismo tan suyo para algunas cosas) fue muy emotivo el minuto de silencio en el estadio Santiago Bernabéu con la inmensa senyera desplegada y el himno instrumental de la comunidad, a todo trapo por los altavoces. 

No voy a entrar en señalar de quien es la culpabilidad, pues es bastante obvio. Ahora debemos centrar los esfuerzos en recuperar lo que era y no lo que es ahora mismo, poniendo TODOS lo que está al alcance de nuestra mano.

Ya llegará el momento de que respondan donde deben.

Solo espero que más pronto que tarde, podamos seguir disfrutando de aquello que nos hace felices y que discutamos de sí debería jugar con la 4-4-2 o la 5-4-1. Será buena señal. Como reza un famoso dicho de Arrigo Sacchi: «El fútbol es lo más importante, de las cosas menos importantes»

Pero aún (creo que) no es el momento.

P.D. Muchas gracias a la ola de solidaridad de toda España, empezando por mi ciudad Alicante. 

El sábado pasado estaban desbordados en el centro de tecnificación, recibiendo y separando los alimentos y demás productos que aportaban particulares.

Millones de gracias.