La batalla de los mundos

Y llegaron las 21:30 horas del sábado día 26 de octubre y España se paralizó (Una vez más, y van…).
Como cualquier aficionado que se precie, estaba expectante.
Pero esta vez, no por el partido en sí, sino más bien por saber la hora y el día en que se disputaba el enésimo clásico español (Derbi no se puede utilizar ya que no son de la misma ciudad).
En vez de ocupar el mejor lugar de la casa, el sillón situado frente a la televisión y matar el tiempo prepartido, preparándome todo tipo de viandas, regadas con un buen elixir, amante como soy del zumo de cebada, preferí como hago cada 15 días, acudir a mi localidad del fondo sur, ataviado con mi camiseta blanquiazul y pertrechado con la mítica bufanda que me acompaña a cada jornada, esperando ver un gran encuentro, y que finalizara con victoria, para hacer buenos los cuatro puntos de seis posibles, conquistados como visitante y continuar en la pomada.
El aficionado neutral esperaba el mejor espectáculo del mundo y por más que la prensa deportiva quisiera vender que uno mereció más y otro menos, yo sinceramente no entraré en más detalles y lo único que asevero es que ganó el mejor y si, ese fue el equipo blanquiazul, pasando por encima del cuadro rojiblanco, que en casa se muestra, al igual que el resto de la temporada inexpugnable.
En cuanto al partido en sí, pues ni fú ni fa, mucho centrocampismo, mucho toque de balón, muchas pérdidas de tiempo y pocas, muy pocas ocasiones. Vamos lo de toda la vida.
Una vez más, me gustaría felicitar tanto a la prensa, como a la opinión pública que se ha encargado de recordarnos con muchísima antelación; Desde hace casi un mes que estábamos ante «la batalla de los mundos», y no ante un simple encuentro deportivo, y así poder vender más prensa y más noticias relacionadas con este evento.
Que si fulano jugará (ya nos encargaremos de llevarlo al mejor doctor del mundo para que se recupere) o que, si sotano forzará para llegar, era lo que más preocupaba al más mortal de los acérrimos seguidores de uno u otro equipo.
Ahora bien, los grandes triunfadores de esa
noche de finales de octubre, no fueron los
jugadores de uno u otro equipo, fueron los
lugares de ocio y hostelería que compraron el
partido, lejos quedaba el no tener ni un triste
euro para acabar el mes, pues quien más y
quien menos echó el resto para acudir a
cualquier lugar cercano a disfrutar del
encuentro, acompañado de amiguetes. ¿El resultado? Qué más da.
El resultado fueron bares y restaurantes llenos hasta la bandera, en ciudades alejadísimas de los 2 contendientes y los dueños de tales establecimientos frotándose las manos.
Pero la maquinaria no para aquí, al día siguiente, la prensa de cada uno de los lugares autóctonos de cada uno de los equipos, tanto de Madrid como de Barcelona, se dedicarán a publicar lo que los aficionados quieren oír, ver y escuchar, para seguir fomentando el consumismo deportivo.
Pero reitero por encima de todo el ganador fue, en estos tiempos de crisis que asola al país, el que hizo que sus ingresos un sábado por la noche se multiplicaran por 8 o por 10.
P.D- Por eso, es importante el apoyo a los equipos locales. Sólo de ese modo podrán crecer y llegar lo más arriba posible.
Yo de ti, si eres socio o tienes la posibilidad de acudir a ver a tu equipo, aunque jueguen a la misma hora, ni me lo pensaba.
Disfrutarás más.
Aunque entiendo, que desgraciadamente, esta opinión no sea la mayoritaria.
* https://alicantedeportiva.com/2024/05/17/supportyourlocalteam/