Al igual que la famosa novela de Robert Louis Stevenson, podríamos hacer un paralelismo en el caso del Hércules en lo que va de temporada.

El equipo blanquiazul, se diluye cuando disputa sus encuentros de visitante, donde se hace ínfimo, pequeño, microscópico y donde no es que solo haya obtenido el botín de un único punto, que también, es qué en la mayoría de las veces, no inquieta a los defensas y metas rivales, para algarabía de las aficiones locales, que ven como desarrollan un juego plano, sin peligro alguno. 

Como decía un famoso anuncio de la década de los 90: «El algodón no engaña» y si pasamos ese recordado algodón a los datos en lo que llevamos de temporada, son tres partidos disputados lejos de la capital de la costa Blanca con un resultado de dos derrotas y 1 empate. Un único punto de nueve posibles, con dos goles a favor y seis en contra. 

Si detallamos el análisis en mayor medida, el Hércules juega mejor contra equipos de la parte alta de la clasificación, en contraposición de los que están en descenso o rozan dichas posiciones.

Sin embargo, el caso es totalmente distinto, cuando juegan en casa. Un único gol recibido (y que gol) con casi pleno de victorias (contra equipos que están en la parte alta) y un único empate, merced a ese gol, cuando muchos de los socios y espectadores, no habían tomado su asiento todavía vs Intercity.

Es más me atrevería a decir, que el juego es muy distinto como local y como visitante, al igual y me reitero que si el equipo oponente está arriba o abajo en la tabla clasificatoria.

En el equilibrio está la virtud y el entrenador que ha sido cocinero antes que fraile y que conoce la categoría como nadie, debe dar con la tecla para que el equipo empiece a rendir mínimamente fuera y se traiga semejantes botines a los obtenidos en el Rico Pérez.

Plantilla hay y de sobra, como se ha visto en estas primeras jornadas y para muestra un botón, el Antequera, equipo que lucha por colarse en la promoción de ascenso, se dedicó el pasado fin de semana a formar en bloque bajo, con fases de presión y perdiendo todo el tiempo que podían, lo que nos hace pensar que daban como bueno un punto en el inexpugnable José Rico Pérez.

Tiempo hay todo el del mundo, solo se han disputado 7 partidos de liga. En los que la clasificación no miente, quintos clasificados, que oiga no está nada mal, viniendo de donde venimos, pero que, si lo detallamos, veremos que es el mejor equipo de TODA la 1ª RFEF en casa y fuera no es el último de TODA la 1ª RFEF porqué el Ourense del grupo 1, lleva una diferencia de un gol más, pero tienen los mismos puntos.

El toque de atención debe ser claro y conciso, y máxime cuando las dos próximas jornadas se disputan fuera de Alicante, contra equipos que merodean la parte media-baja.

Esto debe servir a los jugadores para motivarse y ver que, si exhiben un nivel de juego similar al que tienen como local, podemos estar ante una temporada histórica.

El viernes habrá rotaciones ya que no puede repetir once, pues hay varios lesionados. 

Es momento que demuestren que están capacitados para suplir a jugadores que han rendido muy por encima de lo esperado, y eso debe ser lo que les haga ver a los que los suplen, que pueden obtener el mismo resultado que sus predecesores. 

Debemos contemplar que es una buena plantilla y no un equipo en el que siempre juegan los mismos 14-15 jugadores. 

La profundidad de plantilla será clave a final de temporada, y se comprobará si han conseguido los objetivos debido a ello o se han quedado cortos.

Como dijo el Cholo y anteriormente Héctor Cúper, míster del que «bebía el afamado Diego Pablo, «Hay que ir partido a partido» sin que nada nos distraiga.

El viernes los que no podamos viajar a Algeciras (los precios ya tal, como si fuera la final de la Champions) tenemos una buena oportunidad para sentarnos en el sillón y ver si son capaces de cambiar la dinámica y obtener los 3 puntos.

Esperamos que la historia cambie, será buena señal.

Imagen: Joan @joanjbm