La Noria
Haciendo un símil.
El mercado de fichajes futbolísticos, es como la atracción de feria que da vueltas y vueltas para volver al mismo lugar, con la única misión de entretenimiento del que se monta en ella.
Da igual la categoría que se ostente, da lo mismo el equipo en cuestión, siempre aparecerán nombres y más nombres, con el fin de rellenar columnas periodísticas, programas de radio o televisión o incluso tertulias de simples aficionados, consumidores de dicha información.
El lector/oyente/televidente, fiel seguidor del equipo de turno, se emocionará con la «ristra»de nombres que saldrán en cascada una vez finalizada la temporada.
Lo que nunca sabremos es de donde salen dichos rumores y si los mismos son verídicos o únicamente tienen que ver con el interés de un agente determinado en mover el mercado para dar a conocer la situación contractual de su cliente y que el agrado por el mismo, haga que se contagien distintos equipos, vendiéndolo al mayor postor, haciendo una especie de subasta pública, en el que de ese modo ganan todos.
Con sinceridad, es más excitante enterarte justo cuando el fichaje ya está hecho a expensas de la firma correspondiente que unirá a tal o cual jugador con el equipo X (al igual que cuando éramos pequeños y esperábamos emocionados los cromos de los últimos fichajes).
Obviando los pasos anteriores a la rúbrica del contrato y presentación correspondiente ante su nueva afición, con la cursilada del beso al escudo (debería ser a los billetes más que al emblema).
Hoy en día es difícil (por la cantidad de medios informativos a nuestro alcance), el desconocimiento del aficionado, del interés de un determinado club, por la adquisición de un jugador.
El socio/fan/supporter puede valorar las distintas acciones llevadas a cabo desde el primer interés, hasta finalizar la negociación. Vivimos en la época del todo se publica o se retransmite.
No hay nada diseñado al azar, ni el momento, ni la diferente información, ni el jugador en cuestión.
Normalmente el interés público, empieza una vez finaliza la competición liguera, con la misión de demostrar desde el club, que se tiene la maquinaria deportiva bien «engrasada» desde el director deportivo, pasando por el secretario técnico y los distintos scoutings.
Obviamente la información, se transmite con cuentagotas a la prensa especializada, filtrando a los medios afines a «la causa» en cada momento lo deseado y deseable por una y otra parte, para hacer más largo el culebrón del presumible fichaje, ya que, de ese modo, se tiene embelesado y anonadado al lector, cual títere al que manipular.
Dándole esas migajas a ese tipo de prensa, se aseguran la nula crítica a su gestión, que el mundo del balompié es muy cambiante y nunca sabes por donde pueden venir los tiros.
Es un win win de manual, se publica lo que me das, que es lo que te interesa que salga a la luz. Si las cosas van bien, ese medio, tendrá prioridad para la concesión de entrevistas o reportajes y sí por el contrario van mal, se aseguran que no se critique la gestión realizada en el club, echando cortinas de humo sobre las noticias críticas al «régimen».
Por todas estas razones, el aficionado de a pie, está cansadísimo de que salgan los futuribles, una vez finaliza la liga, año tras año, sin ningún tipo de explicación.
Cada vez, la gente está más desencantada con dicho mercado y de ahí, que se desee que comience la siguiente temporada, para evitarse el tener que vivir dichos meses de ostracismo futbolero.
Qué tiempos aquellos en los que desconocías absolutamente todo, descubriendo en el último suspiro el pago de la cláusula de rescisión por un equipo determinado y la marcha de la estrella de ese equipo a un rival de mayor enjundia o a su máximo rival, tras únicamente acordar el salario, para perplejidad de todo el mundo.
Ya sabéis, recordar que cuando empiece el baile de nombres, estáis dentro de la Noria, un año más.
Vuestra es la decisión de entrar o no…